Et Nada

¿Qué estás buscando?

Abracadabra
Abracadabr
Abracadab
Abracada
Abracad
Abraca
Abrac
Abra
Abr
Ab
A

Ey! consume sin miedo O%

Todo edulcorado

{Òjó}

Galimatías

El diletante

Hexagrama 4, te busco.

Ecce Homo

-Quinto "D"
-Quinto "D" de Dedo?
- No, quinto "D" de Dios.

Haciéndonos los Boludos, como perro al que se están cogiendo.

Si ya has dado a alguien, dame también a mí; si no, empieza conmigo. D.e.S

miércoles, 18 de agosto de 2010

De putonas y nenes bien

El Templo. Un lugar oscuro, donde el mínimo fotón del luz se hace visible. El humo es asfixiante, que junto al calor hacen del ambiente un lugar difícil de tragar. Las caras, en series. Todos, vivos de puros, vivos de porros, vivos de alcohol hasta vivos lookeados.

La escena aparenta sublime. Las sirenas visten especial. Todas esas gatas putonas, buscan algo que nunca encontrarán.

Los lobos, siempre al acecho. Desplegando todo su arsenal seductor. Movimientos pélvicos, vaso siempre en mano, risas forzadas, frases de ocación, vestimenta adecuada, conversaciones en voz alta.

Me encuentro con gente. Gente que, algunos quiero ver, otros no. De todas formas saludo cordialmente a cada uno de ellos.

Estoy con dos personas, uno ya vastante ebrio, el otro, algo, pero su personalidad lo transforma en una rareza. Yo algo alcoholizado.

Trato de huir de la aglomeración. Corro hacia el toilette. Veo tres espectros, uno inhala un payaso, otro vomita salchichas y el tercero se moja las manos obsesionado en recomponer su peinado. Apoyo mi vaso sobre una tabla al momento que desvío mi vista hacia el piso convertido en un charco sucio. Desprendo mi cremallera, retiro mi miembro y me dispongo con paciencia oriental a mear el mingitorio. Cierro mis ojos, dejo que los músculos se distiendan para que comience a fluir así esa sopa amarillenta.

Empujo la puerta, que se abre violentamente, salgo despedido me choco con un pseudo-sesudo-guevarista-burgués, sigo mi camino. Me observa consternado, ante mi falta de códigos civiles.
Llego al terreno que dominamos - a pura fuerza bruta- los encuentro absortos, cada uno como perteneciente a un mundo distinto.

Una gorda simpática camina hacia nuestra dirección, balbucea unas palabras que no logro entender. Recorre el paisaje con la mirada y huye espantada. Mi amigo el raro, con su miembro en la mano, lo exhibía impúdicamente. Mientras comenzaba a manar de su meato una mezcla blanquecina.

Miro un grupo en celo, pongo mi mejor cara, vaso en mano, me muevo, tarareo los temas. Las divinas putonas me evitan. Aún no logro comprender qué es lo que sucita el rechazo.

Surgen de la humareda, dos gorilas. Mueven sus manos con frenesí. Entre llaves y candados salimos despedidos por la puerta, ante caras indignadas de nenas y nenes bien.

Igual, me voy a dormir, porque hoy casi cojo. Esa monjita, va a fluir!

viernes, 13 de agosto de 2010

Viejo puto

La reveldía juvenil, perdón, ¿pero alguien la ha visto ?. Es que se me ha escapado y hace varias décadas que no la hallo por ningún lado.
¿Dónde se manifiesta esa frase, ese cliché?, que repiten hasta el hartazgo personas maduras -con el seño fruncido- en un intento de dar seriedad a dos palabras que nula significancia tienen hoy día.

Internet ámbito por excelencia juvenil, debiera ser el caos, el lugar indómito. Cual volcán en ebullición, impredecible, destructivo. Sepultador de las viejas ideas, muerte y creación. Pero, sin embargo, ¿qué és lo que se puede apreciar?. En su propio hogar, reproduce normas y valores decrépitos. Qué situación más oportuna que el hogar de uno mísmo para vivir su vida como uno le plazca, para comer mientras se caga, para mear en un rincón, para imponer sus reglas.

El hecho más trascendente - que a mi parecer- ha generado la juventud nacional de hoy día es quizá la red de contenidos taringa, pero trágicamente se convirtió en un lugar más del status qou, con reglas y limitantes que arruinan la potencia creativa de la juventud. Las redes sociales en su conjunto no hacen más que reproducir viejos contenidos, nada realmente nuevo logra filtrarse de entre sus muros. Las nuevas tribus sociales en su corazón, todas materialista por excelencia, copias viejas de occidente.

Colonización mental a diestra y siniestra. Florecimiento del género reggae a casi 40 años luego de su punto máximo de popularidad ¿qué és ésto?. No exíste nada peligroso en consumir cultura extrajera, el problema radica en convertirnos en boludos útiles de una causa que nos pase por al lado. El rock que en su momento supo encabezar y ser punta de lanza de todo lo bueno y transformador que puede traer consigo una generación joven. Hoy reposa en el barrio de los acostados.

Facebook, Msn, Twitter, etc. Nos revelan el más claro ejemplo del adormecimiento juvenil o lo falaz de aquella frase acerca la reveldía juvenil. Cualquiera, sin mucho esfuerzo, puede comprobar la línea que siguen todos los adolecentes, la indiferencia (o miedo quizá) al antagonismo, a la confrontación, a la oposición, a todo lo que en un punto los diferencie, los corra a la vereda de enfrente. Porque no crean que usando diferentes atuendos uno manifiesta su disconformidad, no caigamos en los inútiles esteriotipos que bien supo mostrar Capusotto. Un manso boludo con rastas, un rolinga con su chalina, un metalero con sus tachas, un hippie del año 2000, un cadenoso reggaetonero, etc, no son más que lo mismo. No exísten banderas en su corazón

Internet probablemente, en un futuro, sea el medio más poderoso de dominación. Su capacidad podemos verificarla a cada instante, no es necesario ver más que un preadolencete y observar por donde pasa su vida. Caeremos así en cuenta de cómo Internet ha desplazado a la Tv como medio culturizante. Si en una época se imprimían libros, panfletos, clandestinamente hoy día - en caso de existir esa potencia transformadora- contarían con inmejorables armas para escupir todo su parecer

Tal vez Internet sea, lo que la Luna a la Tierra. Ese cuerpo que nos hace girar cada vez mas lento. Tal vez, con Internet la civilización a dado sin querer, con aquella herramienta capaz de sosegar aquellos corazones apasionados, aquellos culos inquietos, aquellos devotos de la discordancia. Y en vez de acelerarse los cambios, volvamos a aquellos tiempos quietos.

martes, 10 de agosto de 2010

Conspiranoia

Distorsión cognitiva grave o el arte - de algunos- de diseminar por entre las voces del pueblo, el desconcierto, la confunción, el caos. Conduciéndonos así, a un estado de alucinamiento que nada tendría que envidiar a cualquier ácido que circula por nuestros días.

Nos llega a través de cualquier forma comunicativa, desde la más primitiva hasta la última moda tecnológica. La raíz del mensaje aún permanece inmutable, aunque a simple vista parezca actual, es más de lo mismo. La dominación del hombre por el hombre.

Ésa sempiterna batalla, ha sido así, quizá, desde el comienzo mismo de nuestra historia. ¿Qué clase de seres superiores seremos nosotros para querer transmutarla?. A pesar de que algunos, con buen tino, podrían objetar tal interrogante con argumentos. Como simplemente echar un vistazo a nuestra civilización actual, aún así lo seguiré sosteniendo. Ésas preguntas metafísicas, siguen siendo tan atrapantes como hace dos mil años, cuando esos griegos primitivos comenzaron a raspar esa nuez cuya corteza podría resultar ciclópea.

Y no solamente atrapantes son esas incógnitas, sino que, sus respuestas -suponiendo que exístieran- son tan escurridizas que solo un puñado de Homo Sapiens han poseído esa destreza divina con la que solo por unos instantes lograron atrapar y contemplar la belleza de una verdad al desnudo .

Bajo estas consideraciones, ¿ cómo no sería posible imaginar que siempre batallamos las mismas batallas?. ¿Cómo no es posible ser un pesimista ante la vida misma?, y si, quizá ella sea una, pero no la única actitud que podríamos tomar a la hora de vivir. Entonces, ¿Cómo - a pesar de ser conciente que la batalla podría ser la misma- estimular y estimularse?, ¿Cómo ayudar a una generación joven caída en un fanático hedonismo yankee por un lado y a ese minoritario grupo "entregado" a la militancia, pero que aún conserva obstinádamente el más repugnante y hediendo buqué noventísta ?.

Porque si no logramos transmutar los valores, no habremos cambiado nada. Todo seguirá el curso similar de la historia. No habremos dejado una marca en la cara de la Ella. Y habremos cumplido con aquella máxima ingenieriana, muchos nacen, pocos viven.

martes, 3 de agosto de 2010

Angelito, me haces reir el culo

Luego de una larga ausencia volvió Angelito. Nos encontrábamos T y yo abstraídos, entre nuestra rutina gimnástica y alguna que otra conversación banal que se filtraba entre serie y serie. Cuando por la escalera, se observa descender una enorme figura masculina, con paso lento y pesado, casi irreconocible a causa de su exagerado vestir. Más allá del cruel invierno, el día no era tan frío como para llevar tanto abrigo, y menos un pasamontañas que solo permitía ver sus grandes ojos negros que parecían salirse de sus órbitas.

T y yo, sostuvimos una mirada cómplice y mientras Angelito se acercaba hacia nosotros -aún sin reconocernos- suspendimos lo que estábamos haciendo para saludarlo. Lo saludamos muy amablemente, simulando interés en cuanto a las razones de su ausencia. Contándole en un breve racconto, la situación actual en el gimnasio, poniéndolo al tanto de las novedades. Aunque en realidad nada había cambiado. Mientras Él comenzó con sus ya legendarios desvaríos. Nosotros, nos dispusimos a prestarle una simulada atención.

Angelito sintiéndose punto de gravitación arrancó sus anécdotas sin ningún prolegómeno. Las palabras se le atascaban en la boca. Sus frases sin ningún sentido, pero casi seguro en su mente sonaban a la altura del individuo más interesante del planeta. Nosotros con la mirada fija en su cara y asintiendo cada una de sus peroratas.

Con su metro ochenta de estatura, alrededor 130 kg, panza prominentísima, cara redonda a la perfección, se asemejaba mucho en su figura al entrañable personaje Shrek. En su mente se podría esconder la genialidad de un loco, o a la sumo, un mitómano muy coherente.

Fue así que nos enteramos de su estadía en Tilcara, donde vivió los últimos seis meses. Cuando dio comienzo al relato, su cara se movió de lado a lado de forma brusca, nosotros simulamos no haberlo advertido y en sus ojos pudimos ver que Él adivinó nuestra inadvertencia. Pero continuó como si nada hubiera ocurrido. El tono de su piel que es blanca, se ruborizó, cada vez más palabras se le atascaban y su frente se tornó brillante debido a la sudoración. Se encontraba en ese punto, en cual uno se siente tan ridículo, que desearia desaparecer.

T hizo una mueca y se mordió la lengua para no reir. Yo no soporté más y comencé a reir a carcajadas, como usualmente sucedía cuando Angelito quería contárnos algo. Ahí estábamos los tres T y Yo sin poder parar de reir, y Angelito poniéndose cada vez más incómodo. Situación a la que todos esperábamos que llegue para reírnos de Él. Pero ésta vez notamos algo distinto. Angelito no era el mismo. Su cara se transformó y nuestra risa paró en seco.

Nosotros también comenzamos a incomodarnos cuando su léxico se hizo incomprensible, la situación se torno casi violenta. Es así que procuré decir cualquier palabra que se me viniera a la mente para destrabar el embrollo y que la atención se dirigiese hacia a mí. Ver si así Angelito lograba tranquilizarse. Fue entonces que dije, - Qué calor que hace! Eso que estamos en pleno junio.- mi mente me había jugado una mala pasada. Al momento que salió la frase recordé que Angelito vestía ridículamente, con un pasamontañas (que ahora lo llevaba puesto como gorro de lana) a pesar de que el día estaba inusualmente agradable.

Fue como echar más leña al fuego, ya no solo estaba rojo, sus ojos irritados y su mano derecha golpeaba exagerádamente su abdomen. Estaba fuera de control. Nuevamente intentó decirnos algo, hasta que comenzó a hablar en un lenguaje que no comprendíamos. Todo su cuerpo se convulsionaba, fueron alrededor de tres minutos de un griterío ensordecedor. Luego sus ojos en blanco y se desplomó en el suelo. Corrí en busca del celular para llamar un ambulancia, en tanto T lo observaba estupefacto.

Nunca supimos que fue lo que vivió en Tilcara, pero luego nos enteramos por los médicos que en su cuerpo se hallaba tatuado el nombre de Viltipoco el más famoso de los jefes omaguacas. A partir de ese día dejó de pronunciar palabra alguna había sufrido un colapso nervioso. Al parecer Angelito habría oído el relato de vida de ese Gran Jefe, su intención, no era otra que la usual. Impresionarnos con sus historias. Que la gente le dispense un poco de cariño, al menos atención.

Nosotros éramos muy jóvenes, pero bastante boludos en ese entonces y solo lo superficial nos preocupaba. Hoy cada vez que me acerco al hospital donde se encuentra alojado y lo observo desde lejos sentado en su banco bajo el ombú, con sus grandes ojos perdidos en la nada, su boca abierta con sus dos únicos dientes, su vestir arapiento y su dejada apariencia. No puedo más que tomarme el abdomen... y ... soltar una carcajada.