Odio las moscas. Revolotean evocando vida y muerte. El calor, la putrefacción, el hedor y las moscas se alinean como planetas, para hacer mi verano imposible.
Quiero explotar, quiero manifestar mi potencial. Pero así me encuentro, sobrepasado por las circunstancias, solo soy sombra de una sombra.
Destrozar mi sombra, mudar de piel, en la primavera se siembra.
Mi pensamiento se disipa, como con los cuatro hijos idiotas de la familia Mazzini-Ferraz y todo pierde sentido se vuelve banal. Conversaciones circulares, ya soy experto en previsiòn climática. Busco desesperadamente a mi amiga soledad.
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