Los bancos centrales de los países desarrollados con crisis, que son el prestamista de última instancia que antes no había, facilitan mucha liquidez para frenar las crisis de sus países y bajan las tasas de interés para favorecer la recuperación. Sin ser el único factor, esto lleva a muchos fondos especulativos a comprar futuros de materias primas, lo que provoca un aumento adicional de precios, por ejemplo de la soja. Al finalizar la crisis en un año o dos más, los bancos centrales volverán a normalizar la tasa de interés y la especulación con materias primas se puede terminar. Los precios de las materias primas pueden empezar a bajar, al no tener más esta demanda adicional. Estamos gastando en subsidios el dinero adicional que recibimos por la exportación de materias primas a precios extraordinarios para obtener votos circunstanciales, en lugar de invertir esa gran masa de fondos en infraestructura, que permitiría a la Argentina ser competitiva por muchos años. Tenemos que rever esta política pensando en el largo plazo, aunque sea pensemos en los próximos 5 años. No es mucho pedir.
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