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Galimatías

El diletante

Hexagrama 4, te busco.

Ecce Homo

-Quinto "D"
-Quinto "D" de Dedo?
- No, quinto "D" de Dios.

Haciéndonos los Boludos, como perro al que se están cogiendo.

Si ya has dado a alguien, dame también a mí; si no, empieza conmigo. D.e.S

domingo, 13 de mayo de 2012

La sombra

Deambulo por el departamento, cama, living, cama, cocina... vuelvo el rostro inquisidor. Una huella sorprendida se dispara hacia la oscuridad. Observo bajo mi pie, piel, carne, sangre, huesos. Sigo aquerenciando el tiempo. Esa marca que antes crei casi huella, hoy, muda en sombra y me adelanta. Mi pie sigue enhorabuena una huella, sombra. Aquella sombra de mi huella me acompaña. Entre pasos y susurros, frenadas y bocinazos oigo "sabemos lo que hiciste", pero no lo creo.
Ella, solo me acompaña.
No, mi sombra no puede saber lo que hice.
 

martes, 8 de mayo de 2012

Amor Fati



«El peso más abrumador»

«¿Qué sucedería, sí un día o una noche un genio te fuese siguiendo hasta adentrarse subrepticiamente en tu más solitaria soledad y te dijese: “Esta vida, tal y como ahora tú la vives y la has vivido, tendrás que vivirla una vez más e incontables veces más, y no habrá en ellas nada nuevo, sino que todo dolor y todo placer, y todo pensamiento y suspiro, y todo lo indeciblemente pequeño y grande de tu vida tiene que volver a ti, y todo en el mismo orden y secuencia, e igualmente esta araña y esta luz de luna entre los árboles, e igualmente este instante y yo mismo. Al eterno reloj de arena de la existencia se le dará la vuelta una y otra vez y otra, ¡y a ti con él, polvillo de polvo!”? ¿No te arrojarías al suelo, y harías rechinar tus dientes y maldecirías al genio que hablase así? ¿O ha acaso has experimentado alguna vez un instante enorme, en el que le respondieses: “¡Eres un dios y nunca había oído nada más divino!”? Si aquel pensamiento cobrara poder sobre ti, transformaría al que ahora eres, y quizá te despedazaría; la pregunta: “¿Quieres esto una vez más e incontables veces más?”, referida a todo y a todos, ¡gravitaría sobre tu actuar con el peso más abrumador! Pues, ¿cómo podrías llegar a ver la vida, y a ti mismo, con tan buenos ojos que no deseases otra cosa que esa confirmación y ese sello últimos y eternos?»

viernes, 4 de mayo de 2012

Je est un autre

Me pregunto por qué tantas personas se quejan de soledad. Estamos más unidos por la comunicación inmediata, pero más solos, más ensimismadoas, más perdidos en nuestro propio laberinto. Es que las reglas de supervivencia han cambiado y estamos menos abiertos a los otros? Por qué más que estar realmente solos no somos más incapaces de acoger al “otro”, pero acogerlo quiere decir, dejarlo latir dentro de nosotros y dejar de existir un instante sin miedo a la despersonalización. De pronto, el espacio privado, individual, se ha hecho inmenso, a raíz de la inmediatez de los medios de comunicación, tenemos la impresión de estar en todas partes, pero no estamos, estamos en el lugar que ocupa nuestro cuerpo y abarca nuestra mirada. Creo que eso es evidente, pero todos parecemos ignorarlo. La caricia, el pliegue afectivo que produce la caricia, la presencia concreta de una persona, es irremplazable y toda la sofisticación de los medios de comunicación no la sustituye. Cada cosa tiene valor porque la compartimos con alguien y su mirada la ilumina, sin eso, creo que pensar que el mundo existe solo a partir de nosotroas, es una ilusión. El mundo es el "otro", sin ellos, no existimos. Ayer paseaba por París y miraba a gente sola, en los cafés, en las tiendas, sin sonreír, resignados a su soledad, incapaces de mirar a quien pasaba cerca de ellos, y era agobiante, es agobiante pensar que vamos hacia sociedades de seres monádicos, solos y pobres... porque la soledad, digan lo que digan, solo es fructífera si mantenemos el diálogo con el otro. Seneca le escribía a Lucilius, Ovidio escribía a su amor ausente, pero siempre estaba ese “otro”. Aunque nos tengamos a nosotros mismaos, no, no quisiera olvidarme de ese otro, que también soy yo. Es el gogito de la frase de Arthur Rimbaud: Je est un autre, escrita en una carta a su profesor de retórica, Izambard.


http://palincestos.blogspot.com.ar/2006/11/yo-soy-otro.html

jueves, 3 de mayo de 2012

Si yo pudiera morder la tierra toda...


Si yo pudiera morder la tierra toda
y sentirle el sabor sería más feliz por un momento...
Pero no siempre quiero ser feliz
es necesario ser de vez en cuando infeliz para poder ser natural...
No todo es días de sol
y la lluvia cuando falta mucho, se pide.
Por eso tomo la infelicidad con la felicidad.
Naturalmente como quien no se extraña
con que existan montañas y planicies y que haya rocas y hierbas...
Lo que es necesario es ser natural y calmado en la felicidad o en la
infelicidad.
Sentir como quien mira. Pensar como quien anda,
y cuando se ha de morir,
Recordar que el día muere y que el poniente
es bello y es bella la noche que queda.
Así es y así sea

Fernando Pessoa