Et Nada

¿Qué estás buscando?

Abracadabra
Abracadabr
Abracadab
Abracada
Abracad
Abraca
Abrac
Abra
Abr
Ab
A

Ey! consume sin miedo O%

Todo edulcorado

{Òjó}

Galimatías

El diletante

Hexagrama 4, te busco.

Ecce Homo

-Quinto "D"
-Quinto "D" de Dedo?
- No, quinto "D" de Dios.

Haciéndonos los Boludos, como perro al que se están cogiendo.

Si ya has dado a alguien, dame también a mí; si no, empieza conmigo. D.e.S

domingo, 12 de septiembre de 2010

Sueños húmedos

Es viernes por la madrugada, ya no recuerdo cuanto tiempo hace que estoy dando vueltas en la cama y Morfeo que no llega. Tomo el celular, la luz irrita mis ojos, son las 2 de la mañana. La soledad se hace sentir, me incorporo de la cama.

Voy al baño, acomodo mis cabellos, esparzo perfume, visto mi cuerpo y con toda la valentía que logro reunir me dispongo en dirección a el bar más cercano.

Entro y noto algo distinto en mí. Me muevo con más libertad, no calculo cada paso, soy espontáneo. Me turba creer que puedo ser todo aquello que siempre pretendí y que hasta ahora nunca me había atrevido ser.

Aquel individuo, que mi mente contiene con tanta fuerza, hoy parece haber soltado amarras. La noche desde aquel insomnio, se torna de forma progresiva en cuento de hadas. El ambiente es ideal, el corral es grande, la música melancólica, la luz tenue y solo una pequeña nube de humo se observa a contraluz.

Una banda se dispone a conectar su equipo. Los observo, mientras bebo un vaso de agua con dos hielos. En eso mi vista se cruza con Ella. Esa morocha que días atrás había cruzado por la iglesia y no había podido apartar mi vista de sus tetas. Ella, como todas, no se había percatado de mi cuidadoso examen.

Pero esta noche, parece cortar el hilo que me ata con toda mi vida pasada. La morocha en cuestión, me mira.

Me mira, y yo no tengo pudor en sostener su mirada, hace una leve sonrisa y corre su vista. Mi metabolismo se acelera, mi cuerpo estalla en miles de convulsiones hormonales. La mente se hace blanca y en un instante estoy a su lado, flitreando como un casanova. Ella, ríe y sigue cada una de mis aburridas peroratas. Tomo confianza en mi nuevo traje y me afirmo. Ya soy Ése otro, y todo es, tal cuál creí que podía llegar a ser.

Tomo su brazo y no opone resistencia, entonces, como en una película de James Bond, directamente tomo su nuca entre mis manos y le doy el más apasionado beso que jamás creo haber dado. Comprendo que la agitación es mutua y le propongo ir hasta mi departamento que queda a unas pocas cuadras del lugar. Acepta sin ninguna condición.

Estamos en el ascensor, ella está encendida, me besa y frota mi pija contra su culo. Entramos, todo indica que no vamos a hablar, es así que, trenzados en besos de pasión nos desnudamos el uno al otro y sin interludio comienzo a penetrarla violentamente, quería que fuese rápido, fuerte, animal. Su cuerpo me indica que está atravesando el orgasmo, lo que me invita a llegar al mío también. Asisten las convulsiones, el éxtasis, el arrebato, la fascinación. Retiro mi pija y en el último esfuerzo expulso todo mi semen. Pero hay algo raro, siento mojada mi entrepierna. Me despierto. Levanto la sábanas veo el lamparón en mi calzoncillo y sigo soñando.

No hay comentarios: